Mucho se ha dicho sobre quién fue Philip K. Dick, sobre todo para encumbrarlo como el genio más prolífico de la ficción científica. Sin embargo, tras unas pocas novelas, no es difícil colegir que lo que Philip proponía iba más allá; su obra propone un cuestionamiento sistemático de la Realidad, Lo Real y los estatutos de la Conciencia. Como dijo Terry Gilliam, «para cualquiera que se pierda en las inabarcables y crecientes realidades del mundo moderno, recuerda: Philip K. Dick estuvo allí antes».
Hete aquí una presentación de mis cinco primeras lecturas. Ojalá te sirva para leer otras cinco. Casi libre de spoilers.
The Cosmic Puppets (1957)
Marionetas Cósmicas
En un arrebato de melancolía, Ted Barton llega a Millgate, su pueblo natal. Pero Millgate no parece el mismo. Millgate no ha evolucionado. Millgate ha cambiado, como si el verdadero Millgate jamás hubiese existido. Esta obra es un deja-vu inverso, un «yo nunca he estado aquí». Al tiempo, sugiere un ensayo metafísico sobre órdenes de realidad que se afectan de manera tangencial, y un desafío a nuestras certezas, incluso cuando éstas han sufrido la humildad intelectual que les imbricó el paso del tiempo.
The Three Stigmata of Palmer Eldritch (1965)
Los tres estigmas de Palmer Eldritch
Palmer Eldritch viajó a los confines del Cosmos y está a punto de volver a la Tierra. Su llegada amenaza la franquicia de juguetes psicotrópicos Perky Pat: una serie de muñecos que, tras el consumo de la sustancia CAN-D mediante la cual funcionan, permite a grupos de hombres y mujeres encarnarse en las figurillas y compartir experiencias psíquicas en una ficción psiquedélica, erótica y festiva. Sus competidores investigarán qué puede haber ocurrido con su opositor más allá del Sistema Solar, y tratarán de descubrir qué nueva droga ha traído Eldrich, si no es la droga quien le ha traído a él.
Ubik (1969)
«Glen Runciter ha muerto. ¿O lo han hecho todos los demás?». Tras sufrir un atentado, el fantasma del magnate de la industria antipsíquica parece firmar mensajes para sus subordinados. Uno a uno, todos empiezan a sufrir las consecuencias de un mundo que invierte su evolución y se dirige al colapso. Mientras la realidad se cae a pedazos, la única solución que parece capaz de frenar la catástrofe se repite como ecos de una pesadilla: encontrar el inmutable Ubik, en un mundo donde todo cambia.
The Man in the High Castle (1962)
El hombre en el castillo
Los nazis vencieron. Esta ucronía explora un mundo donde los Estados Unidos pertenecen a los herederos de Hitler. Con todo, nada ha cambiado tanto, y de entre los escritores alguien publica una novela que presenta una versión alternativa de la historia en la que los Aliados ganaron la guerra. Semejante ofensa al ideario nacionalsocialista conducirá a una búsqueda de su autor, y a un descubrimiento de la inusitada verdad que inspiró la obra.
Do Androids Dream of Electric Sheep? (1968)
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
La obra cumbre por ontonomasia, y una zancadilla sutil a nuestras presuposiciones del día a día. Rick Deckard tiene el oficio de cazar androides que se hacen pasar por humanos, hasta que él mismo se ve envuelto en una trama que cuestiona su lealtad a lo establecido y su propia identidad humana. Desarrollada en una Tierra marchita por la actividad industrial y nuclear, pone en duda que nuestra naturaleza y la de nuestros recuerdos sea fiel a quienes creemos ser, y cuestiona nuestra autoridad moral en lo relativo a cómo trataremos a los androides cuya conciencia supere el valle inquietante y sea virtualmente idéntica a la nuestra. ¿Cómo diferenciar a un humano de una réplica exacta del mismo?¿Cómo dirimir qué conductas están motivadas por la conciencia y cuáles por meros determinismos automáticos?