Primera experiencia en Rust

Mi primera base sirvió para sacar al niño que llevo dentro:

La segunda sacó al otro niño:

Estos tipos me dispararon, pero creo recordar que luego decidieron dejarme vivir:

El pináculo de la vestimenta que he conseguido fabricarme:

Y la anécdota, en breve. Llevaba el mejor equipo que he cosechado: rifle, balas, traje antirradiación. Entonces, un tipo me mató mientras yo iba a caballo. No me dejó incapacitado, ni me permitió hablar por voz. Me remató estando indefenso. Se escudó en no decir «GGWP» porque no le había devuelto ni una bala. Entonces reflexioné. El wipe del servidor sería al día siguiente. Decidí regalar lo que había en mi base. Él se ofreció a vaciarla. Él, quien menos lo merecía. Los perros se atan con longanizas, me dije. Y se lo puse en bandeja: un camino de hogueras hasta la entrada abierta. Lo que no sabía es que me quedaba una escopeta, y cartuchos, y armadura. Así que esperé a su llegada. Escuché un caballo llegar. El animal caminaba por inercia, pues él ya no lo cabalgaba. Apareció tras la puerta de un muro que no llevaba a ninguna parte. No reaccionó. Yo sí, y me cobré mi venganza. Indefenso en el suelo, le escuché quejarse por el micro. GGWP.

Deja una respuesta