Vuelta al coche, chavales. Y hay que echarle valor, mucho valor, porque todos los que quieren acribillarte se las han estado pensando, Zetapé. Se han acabado los pies descalzos, la hamaquita y el daiquiri; ahora toca vérselas de nuevo con el resto de intelectualoides del «Parla«. Algunos, con trajes nuevos.