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Categoría: Reflexión

Enfoque en la escritura

Uno puede escribir pensando en:

  • Explicar
  • Mostrar

Y en esta empresa puede centrarse en:

  • El qué
  • El porqué

Así, existen cuatro combinaciones:

  • Explicar el qué
  • Explicar el porqué
  • Mostrar el qué
  • Mostrar el porqué

Los distintos enfoques confieren al texto una naturaleza distinta. Claro que se pueden combinar; de ahí vendrá una frescura en la interpretación que estimula al lector, que no permite el relajamiento; a veces hay que pensar, a veces hay que dejar que otros piensen. Con todo, estas categorías son relativas y claro que habrá sentencias que puedan encajar en múltiples al unísono.

Sobre las diferencias en estos enfoques, me atrevo a especular:

Explicar el qué

Este es un relato ontológico/teleológico sobre los hechos. El autor explica las razones de su existencia. Los elementos de la historia ganan consistencia, pues las descripciones tienden a ser prolíficas, pero el abuso de este enfoque puede hacer que el avance de la historia se resienta. El mundo se construye en ausencia de razones, por su razón explícita de existir.

Explicar el porqué

Este es un relato funcional sobre los hechos. Las razones de los acontecimientos aparecen desnudas, y con ellas, necesariamente, aparecen los hechos en sí. Si se usa en exceso, me parece la más aburrida de las formas. Al tiempo que todo se justifica desde un pasado imaginario, no se permite que los personajes ni los acontecimientos se desarrollen, pues es el escritor quien fuerza el desarrollo en función de su arbitrio y su arbitrio consiste en justificar lo presente. En otras palabras, el texto se vuelve predecible porque no hay nada que predecir. Tanta fruición expositiva provoque que no haya nada que aparezca sin razón; de este modo, cuesta contextualizar lo acaecido.

Mostrar el qué

El efecto realista. Imágenes que se suceden. Muchas imágenes, como fotogramas, componen una película. Si el lector está atento y une los puntos, la historia evoluciona. Es un enfoque potente; el autor no parece mendigar atención, justificar el ser de su texto. Por contra, existe del lector una atención, retención e interpretación por encima del texto explicado. Si el autor no provee de los puntos necesarios o el lector no está atento, el sentido del texto puede perderse en una colección de imágenes.

Mostrar el porqué

Opinión personal: el epítome de la narración. Consiste en atravesar el qué hasta tal punto que el lector pueda deducir la razón de ser y la intención de los elementos narrativos. Es la evolución natural de mostrar el qué, lo que sucede cuando muestras el qué lo suficiente. Quizá, ni haya diferencia entre mostrar el qué; al menos, no otra diferencia distinta a la fruición, al esfuerzo por completar la historia y darle al lector todos los puntos de anclaje que necesita para llegar a comprender el sentido.

***

Si tengo que elegir, me quedo con mostrar el porqué; que al cambio es mostrar el qué hasta que los hechos, por su presencia, justifiquen la lógica del mundo. Con todo, explicar el qué (describir) o explicar el porqué (argumentar) son enfoques que complementan el acto de mostrar; ayudan a contextualizar los hechos, a no perderse en detalles secundarios, a introducir o recordar estructuras en los personajes que motivan su acción.